Santuario de la Iglesia
Arquitectura
La iglesia tiene forma de cruz, con el altar en el corazón de la iglesia y la capilla separada del Santísimo Sacramento en la cabecera de la iglesia.
El marco litúrgico enfatiza la presencia de Cristo en la asamblea reunida alrededor del altar, en la Palabra, en los ministros y en el pan y el vino consagrados. Invita a la asamblea a participar plenamente.
Acuerdo
La disposición circular de los bancos evoca la presencia de Cristo en la asamblea reunida para adorar. El púlpito, diseñado a semejanza del altar, muestra la unidad de ambos y resalta la presencia de Cristo en la Palabra.
Nuestro amplio Santuario permite diversos servicios litúrgicos, gestos litúrgicos y representaciones teatrales. El altar, el púlpito y demás mobiliario litúrgico fueron elaborados por artesanos locales.
Cristo resucitado
Tiene la sombra de la Cruz detrás y resume el símbolo parroquial de comunión y misión. Con la mano derecha, Cristo nos acoge en la mesa de la comunión y, con el otro brazo extendido, impulsa a la comunidad en su misión de promover el reino de Dios. La imagen cuelga en el aire, suspendida de la pared, evocando la vitalidad del Dios vivo en medio de nosotros.
Consagración de la Iglesia
Toda iglesia debe ser consagrada. Es una ceremonia muy solemne que designa el edificio exclusivamente para uso sagrado. La consagración está reservada al obispo.
Parte de la consagración consiste en la consagración de al menos un altar fijo. Antes de la consagración, se colocaron las reliquias en él. Durante la consagración, se encienden velas bajo las cruces de las paredes.
El obispo unge las doce cruces de los muros interiores de la iglesia con el Santo Crisma, y el altar también recibe la misma unción. Aún se puede ver el crisma en las cruces.
Pila bautismal
Jesús dice a sus discípulos que deben ir y hacer discípulos a todas las naciones, bautizándolas en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo (Mt. 28:18-20).
Durante la Vigilia Pascual, los catecúmenos entran en la pila bautismal, son bautizados y salen hacia el altar. Esto simboliza que, al entrar en la pila bautismal, entran con Jesús en el sepulcro y mueren al pecado. Al salir, caminan hacia Jesús, hacia la vida eterna. Como se explica en la carta de Pablo a los Romanos (Rm 6,3-11).
Para niños menores de 7 años se utiliza la cuenco de la pila bautismal.
Comunión de los Santos
Al igual que el resto de las instalaciones de la iglesia, celebra nuestra rica herencia espiritual honrando a los santos y mártires de todas partes de las Américas.
En el Antiguo Testamento, una tienda simboliza la presencia providencial de Dios sobre la asamblea. Posteriormente, se construyeron toldos sobre los altares para representar este tema bíblico. La cúpula expresa el deseo de acercarse a Dios y el deseo de Dios de extender su mano providencial sobre su pueblo.
Las 16 vitrales de la cúpula representan una letanía de santos y mártires que ofrecen un testimonio único de la espiritualidad de las Américas, la cual continúa influyendo en nuestras vidas hoy. Si bien estamos vinculados con el cristianismo de Europa Occidental, también nos inspira profundamente nuestra herencia espiritual en las Américas.
Sagrado Corazón
Jesús se apareció a Santa Margarita María y le reveló su Divino Corazón. En una aparición, le dijo: «Mi Divino Corazón está tan apasionadamente enamorado de la humanidad, y de ti en particular, que ya no puede contener las llamas contenidas de su ardiente caridad. Deben brotar a través de ti».
La Santa Sede ha dado a esta devoción un alto lugar de importancia en la Iglesia no sólo por las peticiones de Jesús a Santa Margarita María, sino también por la solidez de la doctrina y su actualidad para reavivar el amor y la confianza en el Corazón Misericordioso de Nuestro Salvador.
San José
San José tuvo una vocación extraordinaria. Ser elegido padre adoptivo del Dios-hombre y esposo de la Virgen Madre de Dios son signos de una vocación increíblemente exaltada.
La devoción a San José se ha vuelto muy extendida en los círculos católicos.
San José es conocido por varios títulos que se encuentran en las Letanías de San José. Algunos de ellos son: Luz de los Patriarcas, Casto guardián de la Virgen, Diligente protector de Cristo, Cabeza de la Sagrada Familia, Espejo de paciencia, Esperanza de los enfermos, Terror de los demonios y Protector de la Santa Iglesia.
María Desatadora de Nudos
Se cuenta que en el siglo XVII, un matrimonio alemán (Wolfgang y Sophie) al borde del divorcio oró pidiendo la intercesión de María para desatar y suavizar todos los nudos que estaban causando disturbios en su matrimonio; cuando, después de 28 días de oración, su matrimonio fue sanado.
La pintura representa a la Virgen María desatando los nudos del lazo de la vida matrimonial. El aplastamiento de la serpiente ilustra que María es la Inmaculada Concepción, pues, exenta por gracia especial de toda mancha del pecado original, es la eterna oponente de la serpiente. La paloma alude a María como Esposa del Espíritu Santo. Los ángeles asisten a la Santísima Madre; uno le presenta los nudos de nuestras vidas, mientras que otro ángel nos presenta el lazo, liberado de ellos. Bajo María, el noble Wolfgang, preocupado, acompañado por el Arcángel Rafael, camina hacia un monasterio.
El regreso del hijo pródigo
Una copia del óleo original de Rembrandt que forma parte de la colección del Museo del Hermitage en San Petersburgo.
La pintura representa el momento en que el hijo pródigo regresa con su padre. La parábola bíblica se encuentra en el Evangelio de Lucas 15:11-32.
Cada confesionario tiene la imagen. Durante la confesión, sentimos el abrazo del Padre al acercarnos a pedir perdón.
Nuestra Señora de los Dolores junto al Cuerpo Muerto de Cristo
La imagen de Nuestra Señora representa su intenso sufrimiento y dolor durante la pasión y muerte de nuestro Señor.
Como María conoció el dolor, puede identificarse con nosotros cuando enfrentamos tragedias, dificultades y dolor. Como nuestra madre amorosa, María intercederá por nosotros y nos brindará consuelo.
San Judas
Medallón: conocido como "La imagen de Edesa". El rey Abgar de Edesa padecía una grave enfermedad. Oyó hablar de Jesús sanando a otros y le rogó que lo sanara. Jesús presionó su rostro sobre un trozo de tela y se lo dio a San Judas para que se lo presentara al rey Abjar, y así el rey sanó.
Llama: representa al Espíritu Santo descendiendo sobre San Judas y los demás Apóstoles en Pentecostés.
Verde: Simboliza la esperanza y la renovación. Por ello, es el Patrón de la Esperanza en tiempos difíciles y aparentemente desesperanzadores.
San Antonio de Padua
Pertenecía a la orden franciscana y era conocido por su don de predicación. Durante su vida ocurrieron muchos grandes milagros. Un hereje declaró que solo creería en la presencia real del Cuerpo y la Sangre de Cristo si su mula se arrodillaba y adoraba la presencia real. El dueño dejó a la mula sin comer durante tres días, y el día de la prueba, Antonio le entregó la hostia. La mula, hambrienta, en lugar de elegir la comida, se arrodilló y adoró la Eucaristía.
Lirio: Símbolo de su pureza.
Niño Jesús: Símbolo de una experiencia mística única que Antonio tuvo durante su vida.
La gente le pide ayuda para encontrar objetos perdidos. Él mismo perdió un libro precioso en el monasterio. San Antonio oró a Dios y el joven que le había robado el libro regresó para devolverlo y pedir perdón. Desde entonces, la gente pide su intercesión para encontrar sus objetos perdidos.
Divina Misericordia
Jesús se apareció a Santa María Faustina Kowalska en 1931.
La devoción a la Divina Misericordia nos lleva a una mayor confianza en el Señor. La pasión de Jesús es la fuente de nuestra esperanza, que nos lleva a invocar la misericordia del Padre.
La imagen representa dos rayos que representan la Sangre y el Agua. El rayo pálido representa el Agua, que justifica a las almas. El rayo rojo representa la Sangre, que es la vida de las almas. Ambos rayos provienen del corazón agonizante de Jesús, traspasado por la lanza en la Cruz, la profundidad misma de su tierna misericordia.
Estaciones de la Cruz
Una de las devociones que la Iglesia tiene especialmente durante los viernes de Cuaresma. También se conoce como Vía Crucis o Vía Dolorosa.
La tradición cuenta que la Santísima Madre visitaba diariamente los lugares de la Pasión del Señor. No fue hasta el año 312 d.c. que Constantino marcó el camino con estaciones importantes. Muchos peregrinos visitaban el Vía Crucis como peregrinación.
Hay 14 estaciones: (1) Pilato condena a muerte a Cristo, (2) Jesús carga la cruz, (3) Jesús cae por primera vez, (4) Jesús encuentra a su Madre, (5) Simón de Cirene ayuda a llevar la cruz, (6) La Verónica limpia el rostro de Jesús, (7) Jesús cae por segunda vez, (8) Jesús habla a las mujeres de Jerusalén, (9) Jesús cae por tercera vez, (10) Jesús es despojado de sus vestiduras, (11) Jesús es clavado en la cruz, (12) Jesús muere en la cruz, (13) Jesús es bajado de la cruz, (14) Jesús es puesto en el sepulcro.
La cruz
El vitral mira al este, hacia un nuevo día. La forma de la cruz nos recuerda la resurrección. En el centro de la ventana está el Espíritu en forma de fuego sobre la Biblia. El pasaje de Juan 10:7 señala a Jesús como la puerta a la vida y a la vida eterna.
Jesús lavando los pies
En los sacramentos de iniciación (Bautismo, Confirmación, Eucaristía), nos incorporamos al Sacerdocio de Jesucristo, cuyo ministerio y misión compartimos. Jesús vino a servir, no a ser servido, y es nuestro modelo de ministerio.
Niños con Jesús
En tiempos de Jesús y en muchos lugares hoy en día, los niños son considerados los miembros más desfavorecidos de la sociedad, entre los más abandonados y necesitados. Este vitral nos recuerda la compasión de Jesús, especialmente con los más desatendidos. Jesús nos llama a tener opciones preferenciales con y por los más pobres.
Sanación y reconciliación
En los sacramentos de la reconciliación, nos reincorporamos a la comunión con Dios y la Iglesia. Sanamos de nuestra ceguera espiritual y sentimos la misericordia y el abrazo amoroso de estar cerca de Dios. Estos vitrales se encuentran dentro de los confesionarios.
Coro de Ángeles
En Isaías 6, describe una visión celestial donde los ángeles cantan: «Santo, Santo, Santo, Señor Dios de los Ejércitos, Hosanna en las alturas». Durante la liturgia, nos unimos al coro de ángeles y cantamos al unísono el Santo. Cada vez que cantamos en la liturgia, nos unimos a los seres angélicos con sus voces e instrumentos.
Nuestra Señora de Guadalupe
El hermoso santuario de Nuestra Señora de Guadalupe proviene de la Basílica de la Ciudad de México. Arqueólogos descubrieron una roca excepcional bajo el cerro del Tepeyac, con la que construyeron el altar de la Basílica de Guadalupe. Donaron a nuestra parroquia varios trozos grandes de esta roca recién descubierta, que colocamos bajo el altar en concreto como cimiento de la nueva iglesia. Queríamos crear esta conexión especial entre los eventos guadalupanos y la construcción de nuestra nueva iglesia parroquial, que se construyó en 1993.